Hola querido siete, aunque lo pensaras no, no me he olvidado de tí. Estás deseando leer esto, absorber el conocimiento, sé que vas a analizar cada una de las palabras aquí escritas.  Y por eso, cuando analices profundamente ( como sólo tú saber hacer) lo que escribe esta humilde numeróloga llegarás a tu propia conclusión.

El siete, el pensador profundo, el intelectual, el científico, el estudioso, el que jamás acepta una premisa sin que haya analizado todo. Mi queridísmo ratón de biblioteca. Amas la naturaleza y a los animales.

Las personas que vibran numerológicamente en el número siete, les afrentan las injusticias, las sugerencias de terceras personas y  el trabajo manual.

Su palabra es la perfeccion, no anhelan la popularidad, más bien al contrario, necesitan la soledad, la quietud, la espiritualidad y lo filosófico. Personas de grandes intuiciones y corazonadas. Habilidad natural para captar los engaños y la superficialidad.

Enigmáticos y herméticos, para mi la más extraña y especial de todas la vibraciones, soñadores, nada materialistas. Les encanta descubrir misterios, con una profundidad interior pasmosa. Obsesionados con el conocimiento ( aunque sea el suyo y nadie lo entienda), poco comunicativos y cautelosos, de apariencia seria y distante, irradian clase y señorío. Sienten muchísimo pero expresan poco.

Grandes científicos, maestros, ocultistas, escritores, inventores, abogados, analistas, veterinarios, religiosos..  Todo lo que lleve la seguridad y la calidad. El mundo metafísco, holístico y del ocultismo  se les da bastante bien por tener casi de manera natural  poderes psíquicos e intuitivos. Grandes quirománticos, grafólogos, astrólogos…

En negativo tienden al sarcasco, la melancolía, la frialdad, el nerviosismo, la humillación. En positivo son orgullosamente dignos, confiables, observadores, sensibles, de razonamientos filosóficos y profundos. Mal aspectado en la carta numerológica, dan represión, malicia…

Tienen que abrirse al mundo y aprender a confiar en las pesonas, no dar tantas vueltas a todo  y hacer poco.

Los niños siete son serios y maduros, demasiado responsables para su edad. Curiosos perceptivos, imaginativos… Niños tranquilos con los que razonar siempre nos conduce por buen camino.

Bajo esta vibración hay mucha gente soltera, aunque en general se les admira mucho,  la vulnerabilidad de éllos hace que sean muy selectivos tanto con su posible pareja como con sus amigos. No soportan las lágrimas ni las «escenas».

Se entienden a la perfección con otro siete, están cortados por el mismo patrón y se entenderán casi a la primera, con un cuatro también al ser reposados juiciosos, formales… El nueve puede dar buena combinación pero su vehemencia puede hacer que el siete no se llegue a relajar del todo. El cinco y el tres le dan la alegría de la vida al siete pero la necesidad de movimientos de éstos dos números puede hacer que el siete  se agobie.

El dos y el seis no suelen tener problemas de convivencia con un siete, pero necesitan más muestras de afecto de las que en principio puede proporcionar el siete, ( entramos en el juego del karma, y el problable que necesite de todo ese afecto y mostrarlo con los dulces números dos), con los números uno y  ocho surgirá una relación de admiración.